jueves, 9 de mayo de 2013

PROFECÍA


IRÓNICO PERO ES LO QUE NOS ESPERA

 A menudo el humor que usamos los latinos es mordaz. Prueba de ello es la profecía del que acompaña a mis palabras. Fijaos en el calendario de la pared. 2029 está a la vuelta de la esquina. En la vida real el niño al que el abuelo le llena la cabeza de fantasías está a punto de nacer y tendremos que contarle que hubo un tiempo en el que en nuestra sociedad prevalecían los derechos del ciudadano.
Este niño está llegando pero hay millones de niños y jóvenes que ya están aquí y se han visto sorprendidos por la brutalidad del cambio que se está produciendo en nuestras vidas sin que se les haya dado la posibilidad de decir que piensan. Están condenados a ser una generación perdida. La única en la historia que vivirá peor que lo hicieron sus padres. Por mucho que se empeñe el poder en culparles, acusándoles de que han vivido por encima de sus posibilidades, la juventud no entenderá cómo ha podido suceder algo así. Muchos de ellos ya llevan un tiempo considerable educados en el bienestar y en los derechos y libertades en los que se sostenía su calidad de vida.
 
 
Escuela Pblica De repente han visto y verán cortadas las alas de su acceso al conocimiento, a la formación especializada, a la universidad y a una enseñanza laica sin tabues. Su horizonte laboral se ha llenado de nubarrones que no disipan porqué los provoca la tormenta ideológica que el gobierno lleva en las alforjas. Quieren someterlos como borregos para conducir el rebaño a un estado absolutista idéntico al de la dictadura que vivimos. Habrán nacido en el siglo XXI pero el poder les quiere convertir en lo que era la población en los años 50. La ley que mañana, 10 de Mayo de 2013, va a lanzar el consejo de ministros está diseñada con este fin. Hoy padres, hijos, maestros, catedráticos, todo el universo de la educación se ha lanzado a la calle para exigir que no progrese lo que el gobierno va a imponernos. Todos sabemos que se escudarán en la aplastante mayoría absoluta que les regalamos para hacer caso omiso del clamor ciudadano.
 
Sin entenderlo verán como su familia refunfuña porqué los médicos apenas les atienden y muchos de los medicamentos que necesitan para salvaguardar su salud tienen un alto costo en la farmacia. Les escucharán decir que es inadmisible que el médico de familia esté incentivado económicamente si no deriva demasiados pacientes al especialista. Contemplará la indignación de sus padres cuando se quejen de que en los hospitales nos cobran el agua que bebemos o una manta adicional cuando el paciente tiene frío.
 
 
 Crecerán y saldrán a buscar trabajo como mendigos, sintiéndose afortunados si algún patrón les ofrece un contrato lleno de grietas, sin seguridad alguna, mal pagado y sin otro destino que un despido sometido a la voluntad del empresario. Después otra vez el vacío del desempleo.
 
Podría seguir. Hay muchas cosas más que nos llenan de congoja. Pero creo que no hace falta que sea yo quien las recuerde aquí. Todos las llevamos clavadas en nuestra rabia.
 
NOS ESTÁN ROBANDO LA DEMOCRACIA. ¿VAMOS A DEJAR QUE SIGAN?
SALGAMOS A LA CALLE
DESOBEDIENCIA CIVIL
PARALIZAR EL PAÍS ES EL ÚNICO CAMINO.
 
 
 

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