SALVAR LA DEMOCRACIA

 La democracia se rompe.

Ayer el gobierno se enrocó en su fraude electoral defendiendo las torres del castillo que había ocupado el 20 de Noviembre de 2011 mintiéndonos a todos. Aquel nefasto día pidió permiso para entrar enarbolando la bandera blanca de una campaña que prometía poner remedio a la plaga de desgracias que azotaba a la población. Casi 11 millones de plebeyos le creyeron y les dejaron entrar confiando en sus palabras.

Ocuparon nuestro Congreso instalando su puesto de mando en la Moncloa donde establecieron una línea permanente de contacto con Alemania y el sistema.

 

A las pocas horas ya traicionaron al electorado. Las promesas de su campaña nunca fueron ciertas. Sin ningún escrúpulo fueron desollando nuestros derechos, nuestras libertades, nuestra democracia.

 

Su primer paso fué cargar a nuestra espalda la inmensa deuda de los bancos. Un fracaso de gran magnitud provocado por la mala gestión de directivos, algunos de los cuales como en el caso de Bankia había sido impuestos por el Partido Popular en una polémica disputa de supremacías por conseguir el dominio político de un presunto crecimiento estratosférico de Caja Madrid.

Esos bancos, Bankia, eran y son entidades privadas que deben de responder a sus accionistas. No somos todos. Solo aquellos que apostaron su dinero por esas entidades.

La intervención del gobierno pidiendo un rescate inmemorial  convirtió ese rescate en una deuda del estado. Ahora todos tenemos que pagar esos 60.000 millones.

¿Porqué tenemos que hacernos responsables del fracaso de una banca privada? Miles de comercios han tenido que cerrar y el gobierno no ha acudido a recatarlos.

Intervinieron Bankia y nos cargaron el mochuelo porqué prima el interés del sistema por encima de ese "interés general" que tanto cacarea Mariano Rajoy mientras sigue aniquilando nuestros derechos.

La intervención de Bankia por parte del estado impide la intervención europea. Nadie tiene que saber qué se esconde detrás de su quiebra. Si llegara a saberse muchos políticos tendrían que esconderse en el lugar más recóndito del mundo. La solución es pagar y para pagar nos tienen a nosotros. Mientras, ellos, seguirán paseando por la calle presumiendo de ser los salvadores de la patria.

 

La diputada Fabra lo gritó con euforia en el Congreso "¡Que se jodan..!". Más alto y más claro imposible.

 

Nos han cortado la luz de la información. Estamos a oscuras. La limpieza de periodistas e RTVE es equiparable a una ocupación violenta. Nombraron al director general saltándose todas las normas establecidas al respecto. Recuperaron a Urdazi en la persona de sus sicarios y pusieron en la calle a los profesionales que habían conseguido máximos niveles de audiencia. ¿Dónde están Ana Pastor y Pepa Bueno? ¿Y otros? TVE y RNE sufieron una purga ideológica, una desinfección de veracidad e independencia para convertirse el boletines propagandísticos de las grandezas del PP. Regresamos en días a los niveles de información manipulada que tuvimos en el franquismo.

 

Luego, los recortes. Y las subidas de impuestos. No voy a enumerarlos. Basta con decir que nos han destrozado educación, sanidad, ayudas, jubilaciones.....Recortes y leyes tan inútiles para los trabjadores como la reforma laboral que solo beneficia a los empresarios. Y vienen más. Más y más duros. Sumémosle una estrategia de desguace de todo aquello que sea público para justificar la necesidad de privatizarlo y ponerlo en manos de sus afines. Ya hay hospitales de gestión privada. Pronto no los habrá públicos. Ya están preparando la prvatización de trenes, metros....Ya pronto no nos quedará nada que sacrifique el beneficio por tal de dar a los ciudadanos un servicio eficaz y de calidad.

 

Tanta manipulación nos ha llevado al umbral de la pobreza en muchas zonas de España. Casi 6.000.000 de parados y un 53% de paro juvenil solo pueden desembocar en miseria, desesperación y falta de alimentos. No son palabras. No exagero. Creo que todos somos conscientes de lo que ocurre. Cáritas y otras organizaciones han llegado al límite de sus posiblidades.

 

 

 la indignación popular nos ha hecho salir a la calle. Lo hicimos el 15S y lo hicimos ayer 25S.

 

No importa cuantos estuvieron en ambas concentraciones. Importa la razón de las mismas. Importa la evidencia del día a día donde podemos comprobar que la democracia se nos escapa de las manos.

 

Tuvieron miedo. El gobierno tiene miedo. Se parapetaron detrás de un ejército de policías porqué no nos quieren escuchar. Saben que estamos en lo cierto, que la democracia no es suya y que ese Parlamento no les pertenece ni siquiera haciendo gala de su mayoría absoluta. Alcanzaron esa mayoria mintiendo y eso es un delito.

Mª Dolores de Cospedal, especialista en comentarios tan despectivos como necios, acusó de golpista a la marcha de ayer. Lo hizo sin que le temblara la voz. Comparó a sus compatriotas indignados -seguro que muchos les había votado- con la banda armada que un 23 de Febrero intentó derribar la democracia. Una afirmación de ese calado solo la hace un loco o una persona acobardada.

Tienen miedo porqué son conscientes de que su actuación en el poder es lo más parecido a un golpe que se pueda imaginar. SIn violencia, sin armas, solo con mentiras, solo traicionando a 11 millones de electores. No es un golpe de estado pero si es un golpe a la verdad. Que no nos llame golpistas quién da un puñetazo sobre la mesa cuando ve que peligra su mentira.

 

 Lo nuestro no fué un golpe. Pero nos golpearon. Golpes en el cuerpo y golpes en el sentir democrático.
Ayer nos demostraron que no piensan ceder, que seguirán adelante con su proyecto de destrucción de nuestro estado del bienestar. Han estado esperando cuarenta años y no van a retirarse ahora que pueden recuperar su hegemonía. Su árbol genealógico les delata. Son inconfundibles. Para los que vivimos los años 60 son inconfundibles.

Los ciudadanos no podemos detenernos. Tampoco cederemos. Y así todos los días.