lunes, 30 de julio de 2012

ANGUSTIA

Siguen disfrazando la verdad con frases retóricas que cada vez recuerdan más a aquellas que muchos no conocen y otros estábamos aprendiendo a olvidar.
Hablan de sacrificio necesario, de unidad en el esfuerzo...Solo les falta prometernos el cielo como premio.

Esta es la imágen de un hombre que tenía un trabajo, pagaba una hipoteca, tenía la enseñanza gratuita asegurada para sus hijos, una sanidad con lagunas pero suya, la posibilidad de elegir con su pareja sobre un embarazo problemático, libertad para defender sus convicciones y creencias y, por encima de todo, la ilusión de poder entregar el relevo a futuras generaciones poniendo en sus manos un país democrático, valiente, laico y progresista.


La imagen de esta mujer es un calco de la anterior. Cualquiera de las dos nos sirve para multiplicarla por casi seis millones de angustias y valorar el paisaje desolado de una nación que arrasan los que pretenden convertirla en lo que era a mitad del siglo pasado. Una sociedad donde el obrero entregaba su esfuerzo a cambio de muy poco a un patrón al que tenía que saludar con respeto por la calle.

Puede que ahora nos disfracen el proyecto con tecnología y sustituyan el seiscientos por coches más atractivos. Puede que la vivienda ahora disponga de aire acondicionado y antena parabólica, ADSL y cocina con vitro. Puede que los trenes corran más para llevarnos a la playa. Pero será lo que nos quede y, en definitiva, a lo que nos dejen aspirar.

Lo que nos quitan es derechos y libertades. Lo que nos bajan es salario y dignidad.
Que no nos digan que es un esfuerzo necesario porqué nadie entenderá la necesidad de privatizar la sanidad, bloquear el acceso a la universidad de los hijos de trabajadores, recortar las ayudas a los discapacitados, abaratar el despido, encarecer los alimentos, subir las tarifas energéticas y prohibir la transparencia informativa en los medios estatales.

Muchos, la mayoría, no estábais en aquel tiempo en que las cosas eran como ahora ellos quieren que sean. Tuvisteis la fortuna de nacer con la democracia y el futuro. No permitáis que os quiten las dos cosas porqué si lo consentimos vais a dejar a vuestros hijos lo mismo que encontramos vuestros padres cuando el cine era en blanco y negro.

Nunca será noticia que un perro muerda al hombre. Ahora tampoco lo es -al menos para ellos- que una jauría muerda a millones de personas para saciar sus apetencias desmesuradas de poder y de dinero.

Pero siempre será noticia que sea el hombre el que muerda al perro. Puede que haya llegado el momento para que seamos los hombres y mujeres de España los que devoremos a la bestia. O cambiamos esto o no seremos nada. O salimos a la calle un dia si y otro también o no podremos evitar que vuestra generación sea la primera en la que los hijos vivirán peor que lo hicieron sus padres. Esto no ha pasado nunca. Que no nos pase ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario